24 Horas Inmobiliarias - 21 julio 2008

The Times se hace eco del problema de los ingleses que habían comprado sobre plano a Martinasa-Fadesa y sobre la situación inmobiliaria en España en relación con el aumento de las cuotas de las hipotecas y la bajada de la libra frente al Euro. Es un problema que preocupa mucho a los ingleses con vivienda en España del que la prensa inglesa cubre casi a diario. Der Spiegel también se hace eco de la situación inmobiliaria en España y de los aumentos de precios de hasta un 500% en un verdadero juego de especulación inmobiliaria tipo Monopoly, del que es ejemplo Seseña.

El Daily Telegraph publica un artículo sobre la actual situación del mercado inmobiliario en Mallorca destacando el buen hacer de la Administración local, en contraste con la de la Costa del Sol, que ha permitido que los precios y la actividad se mantenga mejor que en el sur de España, animado por las celebridades que mantienen sus segundas residencias.

El Financial Times afirma que en una encuesta realizada en varios países europeos ha destacado la confianza que tiene la gente para creer que antes de 2013 la vivienda volverá a subir. En el grupo de optimistas está el de los españoles, con un 57%.

Para Le Figaro no hay en Francia una verdadera crisis inmobiliaria sino los efectos secundarios de la crisis financiera internacional que ha supuestos un aumento de las cuotas crediticias. Según el mismo diarios, en Francia no hay una caída general de precios inmobiliarios aunque sí una ralentización de las ventas. Podemos ver una lista de precios inmobiliarios en París para compararlos con los nuestros.

En caso de que uno haya comprado sobre plano y la constructora solicite en concurso voluntario de acreedores, el comprador se encontrará en una situación incómoda y puede reclamar el dinero, con el 6% de interés, en caso de no entregarle la vivienda dentro de los plazos previstos en el contrato.

El fracaso en las refinanciaciones empujará a las inmobiliarias a concursos de acreedores y expedientes de regulación de empleo (ERE). El "via crucis" de las empresas inmobiliarias se debe al brusco parón de la demanda de viviendas, la sequedad de crédito repentina provocada por la crisis hipotecaria y el excesivo endeudamiento. La conjunción de las tres vertientes ha dado lugar a un círculo vicioso en el que las compañías necesitan liquidez, pero no la pueden conseguir porque no venden ni un piso, y además los bancos ya no prestan dinero.

¡Quédense con mi piso! Pagaron sus casas en España, durante el "boom", cuando el dinero estaba barato, hipotecándose hasta las cejas. El alza del Euribor y la crisis económica con su secuela de paro han convertido en morosos a muchos inmigrantes.

En Estados Unidos las clases medias fueron abandonando el centro para irse a vivir en viviendas unifamiliares en los alrededores, cada vez más lejanos del centro. La situación actual de aumento considerable del precio de los combustibles, con el consiguiente encarecimiento del transporte puede que haga revivir el centro de las ciudades o ir trasnformando los suburbios descentralizados en verdaderos pueblos.

E l presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Aurelio Martínez, ha reconocido que "cuando estalla una burbuja estala y ninguna burbuja especulativa aterriza suavemente". Además ha reconocido que cuando vivíamos en "un contexto de excesos" en 2007, "la única duda era cuándo se iba a producir la crisis y en qué país". Lo que nadie se esperaba es que comenzase en Estados Unidos, el centro financiero del mundo.


Hubo una época (aunque apenas ha pasado poco más de un año) en la que los constructores e inmobiliarios eran como reyezuelos o virreyes que creían tener todo el espectro empresarial (eléctricas, bancos, etc) al alcance de la mano con solo desearlo. Esta circunstancia provocó que emergieran de forma fulgurante rostros y apellidos que unos años apenas tenían notoriedad económica en la primera división empresarial del país. El tiempo ha demostrado que los ladrillos no son muy diferentes a las punto.com, a los tulipanes, al té, a los ferrocarriles o a tantos otros productos o materias primas objeto de especulación a lo largo de la historia. Cuando la tempestad de la racionalidad sopla y se impone el sentido común se lleva por delante los proyectos megalómanos de aquellos que siempre tropiezan en la piedra de la burbuja.